¡Buenas! Soy Dani del equipo de Ventas Internacionales de Aero, y quiero contarles la experiencia que viví en el Nordeste brasileño. Fueron diez días intensos entre Recife, Porto de Galinhas, Maragogi y Maceió, con mucho para aprender, disfrutar y, sobre todo, valorar de un destino que lo tiene todo: playas paradisíacas, cultura, gastronomía y una hotelería que sorprende por la diversidad y la calidad.
Llegamos a Recife en un vuelo directo desde Aeroparque y, después de descansar un poco en el Novotel Recife Marina, arrancamos con un city tour completo por Recife y Olinda. Ese primer día fue un shock de colores, música e historia. Olinda, con sus casitas coloniales y calles empedradas, me pareció una ciudad muy pintoresca. El almuerzo incluido fue apenas un adelanto de lo que sería la gastronomía en este viaje: pescado fresco en todas sus versiones, y ese toque personal que cada restaurante le da a sus platos.
En Porto de Galinhas, nos dividimos entre varios hoteles: Armação, Kembali, Solar, The Westin, Marupiara, Village, Vivá, Samoa y Nannai. Esta dinámica de sorteo entre colegas me pareció excelente porque permitió experimentar cada servicio y área de primera mano. Los días se llenaron de visitas técnicas a hoteles, pero también de actividades que nos hicieron entender por qué este destino es tan especial. El paseo en buggy por las playas de Muro Alto hasta Maracaípe, con baño en Porto de Galinhas y jangada por los manglares, fue una de las experiencias que más disfruté. A la noche, cenamos en Peixe na Telha, dentro del programa Sol y Sabores de Infinitas Travel; esa fue la confirmación de que la gastronomía nordestina es tan increíble como me habían dicho.
El paseo en jangada a las piscinas naturales de Porto de Galinhas y después la visita al Nannai Resort me hicieron pensar en lo fundamental que es ver estos hoteles y excursiones en persona. Hay detalles de infraestructura, servicio y ambientación que no aparecen en ninguna web y que son clave a la hora de pensar el destino.
Desde Porto de Galinhas seguimos hacia Maragogi, alojándonos en el Grand Oca, un all inclusive precioso. La excursión en catamarán a las piscinas naturales fue mágica: aguas turquesa, bancos de arena que aparecen en medio del mar y ese silencio que uno solo encuentra en la naturaleza. El almuerzo en Casa da Praia nos regaló un rato frente al mar, ideal para bajar el ritmo. Visitamos varios hoteles de la zona como Praia Dourada, Brisa e Ibis Style, siempre con la misma consigna: ver, preguntar, caminar y vivir la experiencia como un pasajero.
La última parada fue Maceió, con alojamientos en resorts como Pratagy Beach y visitas a una gran variedad de hoteles: Maceió Mar, Jatiúca, Ritz Barra São Miguel, entre otros. Lo que más me marcó de Maceió fue la combinación entre las playas de postal, la feria de artesanía nordestina y la experiencia gastronómica en Janga Praia, otro de los restaurantes del programa Sol y Sabores. Todo el viaje estuvo atravesado por la calidez de la gente y el profesionalismo de los colegas que nos guiaron en cada ciudad.
Lo que más me gustó fue poder vivir en primera persona la experiencia del viaje; ver las playas, recorrer los hoteles, conocer a los guías y probar la gastronomía me confirmó que este destino es mucho más de lo que uno imagina al mirar un catálogo. Un tip que considero imprescindible: revisar siempre el calendario de mareas al elegir el destino y las fechas. Las piscinas naturales son uno de los grandes atractivos y verlas en su máximo esplendor depende de eso.
El Nordeste brasileño es un producto completo, que combina cultura, naturaleza, gastronomía y relax, y que se adapta a distintos perfiles de pasajeros. Este viaje me hizo pensar que no hay nada como viajar para recomendar con conocimiento real, sumando esos detalles que marcan la diferencia.

Un agradecimiento grande a Susana de Infinitas Travel, a Adrielly de la Asociación de Hoteles de Porto de Galinhas, a nuestros guías Gerardo en Recife, Flavio en Maceió y Jane en Maragogi, a Margarita de la Secretaría de Turismo del Estado de Alagoas, y a todos los hoteles que nos recibieron con tanta calidez. También a las nueve agencias que nos acompañaron y compartieron estos días de descubrimiento y aprendizaje.