¡Hola! Soy Julieta Prebende de Ventas Internacionales y hoy les voy a contar un poco sobre un viaje lleno de paisajes, emociones y sensaciones en India y Dubai.
Hay viajes que te llenan el carrete del celular de fotos y videos, pero hay otros que te revuelven el alma y te dejan algo que no se ve en una imagen. India y Dubái fueron de esos que mezclan las dos cosas: el caos vibrante que te atrapa y el lujo que te deslumbra. El sabor intenso y picante de un curry callejero, y el brillo impresionante de un mercado de oro.
El recorrido empezó en Nueva Delhi. Uno de los primeros lugares que me marcó fue el Qutab Minar, ese minarete de 73 metros que parece sacado de otro tiempo. Pero lo mejor estaba por venir. Llegar a Jaipur, la famosa Ciudad Rosa, es como meterse en un cuento de maharajás. El Fuerte Amber, con sus espejos y bajorrelieves, el templo Birla, el mercado lleno de vida, los paseos en rickshaw (que al principio no me animaba por miedo al caos de la ciudad, pero super recomendable para vivir la experiencia completa y ver la ciudad de otra manera), un lugar imperdible.
Y después, Agra. El Taj Mahal no necesita presentación, pero vivirlo en primera persona es otra cosa. Si pueden, sumen también la visita al “pequeño Taj” y los Jardines Mehtab. Vale la pena ver el monumento más famoso del mundo desde otro ángulo, al atardecer, con menos gente y más magia.
Después de tanto estímulo, cambiar de aire fue necesario. Y Dubái lo supo hacer perfecto. Rascacielos, shoppings, desierto, cultura árabe, lujo en cada detalle.
Recorrimos la parte clásica: la zona de Bastakia, el Museo de Dubái, cruzamos el Creek en un barco tradicional (abra), y nos perdimos entre el zoco de especias y el mercado de oro. Sí, es un destino muy turístico. Pero también tiene su encanto si lo sabés mirar con otros ojos.
El safari por el desierto fue un momento inolvidable: el atardecer sobre las dunas, la cena bajo las estrellas, la henna y el camello. Un combo que conecta con algo profundo, en medio de tanta modernidad.
Y si hablamos de lujo cultural, Abu Dhabi se lleva todos los aplausos. La Gran Mezquita Sheikh Zayed es simplemente impresionante: mármol blanco, lámparas con cristales de Swarovski y alfombras que parecen no tener fin. Estar ahí te deja sin palabras.
Tengo que decirlo: los hoteles en India me sorprendieron. Súper limpios, cómodos, con desayunos increíbles y una atención impecable. Nada que envidiarle a las grandes cadenas. En Dubái, donde uno ya espera lujo, el hotel estuvo bien, aunque tuvimos algún que otro detalle con el servicio, nada grave pero para tener en cuenta.
La comida en India fue toda una experiencia: muy especiada y bastante picante, pero deliciosa. Si no están acostumbrados, conviene pedir “sin picante”. En cambio, en Dubái hay de todo: desde shawarma y hummus buenísimos hasta hamburguesas, pastas o sushi. Comer bien allá no es ningún problema.
Para agencias y profesionales del turismo: este combo es ideal para ese viajero que busca más que fotos lindas. Que quiere historia, cultura, emoción y también comodidad y lujo. Que no le teme al choque cultural, sino que lo busca.

Consejos que valen oro para vender el destino:
- Ofrecerlo como combo: India + Dubái es un maridaje perfecto. Lo exótico y lo moderno, en un solo viaje.
- Primero India, después Dubái. Así el cierre es en modo relax.
- Guía local imprescindible en India. Ayuda a entender y conectar.
- Preparar al pasajero: contarle que India puede ser fuerte, pero vale cada segundo.
- Asistencia de viaje sí o sí: son destinos donde puede haber imprevistos. Mejor estar cubiertos.
- Guía local: es necesario contar con un guía que explique a medida que van recorriendo porque todo tiene una historia.
Hoy, después de recorrer templos, palacios, desiertos y shoppings, me doy cuenta de que este viaje no fue solo conocer un lugar nuevo, sino también una parte distinta de mí. Viajar tiene eso: te saca de la rutina, te mueve, y cuando volvés, ya no sos exactamente el mismo.
Gracias a Special Tours y Assist Card por hacer posible esta experiencia.
Y a Aero News, por seguir impulsando estos viajes que no solo informan: transforman.