Viajar a Cuba no es cuestión solamente de elegir un destino: Es ser parte de la magia de un país donde el tiempo parece detenido entre playas de arena blanca, ciudades llenas de historia y música en sus calles. Y si hay una forma de vivirlo con todo resuelto, con experiencias únicas y a la medida de cada viajero, es con Iberostar.
La cadena está presente en los principales rincones turísticos de la isla: Varadero, Holguín, Cayo Guillermo, Cayo Cruz, Ensenachos y, por supuesto, La Habana. Esa amplitud no es casualidad: responde a una visión clara de acompañar a cada viajero según lo que busca en sus vacaciones.
Para quienes sueñan con una escapada romántica o un viaje en pareja, los hoteles Coral Level —como Iberostar Coral Esmeralda en Cayo Cruz o Coral Ensenachos— son un refugio de exclusividad. Suites elegantes, cigar bars donde el ron y el habano se convierten en protagonistas, spas con sauna y masajes a pasos del mar, mayordomía personalizada y restaurantes gourmet: todo pensado para que cada instante sea íntimo y especial. En estas islas casi vírgenes, el lujo se fusiona con la naturaleza, dándonos amaneceres casi irreales.
Las familias, por otra parte, encuentran en Iberostar Cuba un aliado perfecto también. Hoteles como Selection Esmeralda en Cayo Cruz, Selection Ensenachos o Selection Holguín están diseñados para que todos disfruten. Los más chicos tienen su propio universo en Mini Club, donde el juego y el aprendizaje van de la mano, mientras los adultos se relajan en el spa, participan de actividades deportivas o se dejan tentar por la diversidad gastronómica: desde buffets internacionales hasta restaurantes especializados en cocina criolla, mediterránea, japonesa e italiana. Y al caer la noche, espectáculos de teatro, música en vivo y animación dan el toque que cierra el día con un moño.
Para quienes buscan el contacto con la naturaleza y un espíritu más aventurero, los cayos guardan secretos difíciles de olvidar. En Iberostar Origin Daiquiri, en Cayo Guillermo, la barrera coralina es una invitación directa al buceo y al snorkel, mientras que en Origin Playa Pilar la protagonista es una de las playas más fotografiadas del mundo, donde la arena es tan blanca que contrasta con el mar turquesa. Así, entre deportes acuáticos, actividades para los niños, spas completos y restaurantes temáticos, cada día se transforma en una aventura diferente.
Y qué decir de Varadero, la joya clásica de Cuba. Iberostar Cuba ofrece allí un abanico de opciones para todos los gustos: desde la vitalidad del Origin Bella Vista y el encanto natural del Origin Taínos, hasta la amplitud del Origin Laguna Azul con sus seis piscinas, o la sofisticación del Selection Varadero, donde el spa y el centro de buceo invitan a experimentar Cuba desde otra perspectiva. Hoteles como el Origin Playa Alameda, orientados a adultos, suman actividades como clases de coctelería y veladas chill out que refuerzan el espíritu tropical. Todo con el sello que distingue a Iberostar Cuba: gran hospitalidad, servicio atento y una apuesta constante por la sustentabilidad; ninguno de estos hoteles utiliza plástico de un solo uso en las habitaciones.
El compromiso con el medio ambiente y las comunidades locales es algo que atraviesa a todos los hoteles de la cadena. Iberostar Cuba impulsa proyectos de reducción de plásticos, conservación de arrecifes, uso responsable del agua y programas de bienestar que promuevan una forma de viajar más consciente. A eso se suma una gastronomía que no solo busca excelencia, sino también autenticidad: recetas locales, ingredientes frescos de estación y propuestas innovadoras que hacen que cada comida sea parte de la experiencia cultural.
La propuesta se completa en La Habana, donde Iberostar Cuba tiene joyas como el Grand Packard, el Selection Parque Central o el Marqués de la Torre. Aquí no se trata de playa, sino de sentir el pulso urbano de la capital cubana: caminar por el casco histórico, perderse entre autos antiguos y fachadas coloniales, descubrir bares icónicos al ritmo de la música y terminar en un rooftop de cara al Capitolio; ver como cae la noche y se enciende la ciudad desde la piscina es algo hermoso. En La Habana, los hoteles Iberostar Cuba ofrecen desayuno y el punto de partida ideal para lanzarse a explorar la ciudad con libertad.
Un buen plan puede ser combinar destinos. Empezar el viaje en la capital, cargarse de su energía, y después volar a un destino de playa para cerrar con broche de oro entre aguas turquesas. Recorrida histórica y relax, ciudad y mar, lujo y tradición: un combo que convierte unas vacaciones en Cuba en una experiencia integral.
Hay tantas formas de viajar a Cuba como viajeros dispuestos a descubrirlas. Y ahí está la magia de Iberostar Cuba: saber que, sin importar el estilo de cada uno, siempre habrá un hotel y una experiencia a la medida. Desde playas de postal hasta ciudades llenas de vida, la cadena ofrece todo lo que uno necesita para que las vacaciones sean tan únicas como inolvidables.