Italia tiene ese algo que la hace irresistible. Y si además tenés la suerte de recorrerla con un circuito tan completo y bien organizado como el de Verdesicilia, la experiencia se vuelve aún mejor. Soy Juli Soto, parte del equipo de Ventas Internacionales, y quiero contarles lo que fue este viaje por el sur italiano: ocho días intensos, llenos de historia, paisajes costeros y buena comida.
Volamos con ITA desde Buenos Aires y al llegar a Roma nos alojamos en el Donna Laura Palace, un hotel súper bien ubicado que te permite salir a caminar y sentirte parte de la ciudad. Tuvimos tiempo para recorrer la Roma barroca con guía, y no faltaron paradas en la Fontana di Trevi, Piazza Navona y el Panteón. Además, al coincidir con el Año Jubilar, pudimos pasar por la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro: un momento muy especial y, para muchos, muy emotivo.
Después de Roma, empezó el circuito por la costa: Pompeya, Sorrento, Capri, Amalfi, Salerno y Nápoles, con alojamiento siempre en hoteles cercanos al centro, y muchas cenas incluidas que nos salvaron después de días largos de caminata. En Pompeya, recorrer las ruinas con guía fue clave para entender la magnitud de esa ciudad y la tragedia del Vesubio. Y luego, Sorrento. ¡Qué lugar! Las callecitas, los limoneros, el mar de fondo… un encanto total.
Desde Sorrento fuimos a Capri en ferry y, sin exagerar, ese paisaje parecía un sueño. Los farallones, pilares de roca en medio del agua, los acantilados a lo lejos, el panorama completo de la isla adornada de casitas por todos lados; algo realmente alucinante. Si bien la visita a la Gruta Azul no está incluida, la excursión a la isla lo vale de todas formas. Les recomiendo destacar bien esta parte del viaje, porque es uno de los momentos más recordados por cualquier pasajero.
Continuamos por la carretera panorámica de la Costa Amalfitana, con vistas increíbles de Positano desde el camino y una visita a Amalfi encantadora. Esa combinación de mar y montaña es lo que le da tanta personalidad al sur de Italia. En Salerno, además de una ubicación práctica, el hotel nos recibió con cena incluida. Desde allí, también hicimos la excursión a las grutas de Pertosa, que incluía un recorrido en barquito. Algo muy distinto a lo habitual, que suma variedad al itinerario y deja a todos sorprendidos.
Uno de los puntos altos del circuito fue la visita a Paestum, con sus templos dóricos perfectamente conservados. Un paseo entre historia y naturaleza que se siente como un viaje en el tiempo.
Para cerrar, llegamos a Nápoles. Siempre escuchamos de Roma, de Florencia, pero Nápoles tiene una identidad muy fuerte y un centro histórico impresionante. El recorrido guiado incluyó monumentos como el Palacio Real, la Plaza del Plebiscito, el Teatro San Carlo y la famosa Capilla San Severo con el Cristo Velado; la cual califica como museo por su valor histórico. Terminamos con una cena de despedida en una pizzería del centro. Porque claro, la pizza nació en Nápoles y no podíamos irnos sin probarla.
En cuanto a la gastronomía, la fórmula fue sencilla: pasta, pizza, dulces típicos y Aperol Spritz a cualquier hora del día. Y funcionó a la perfección. Es parte de la experiencia y hay que disfrutarla sin culpa. Las bebidas durante las cenas estaban incluidas (agua y vino o bebida sin alcohol), lo que suma comodidad y claridad en el presupuesto.
Otro punto fuerte del circuito fueron los traslados organizados y el acompañamiento de guías en español; tanto los permanentes como los locales en ciudades clave como Pompeya, Nápoles y Paestum.
Viajé con siete agencias diferentes, lo que enriqueció muchísimo la experiencia. Compartimos miradas, dudas, estrategias de venta. Lo recomiendo como fam porque realmente se vive y se entiende lo que se ofrece.
En lo personal, me enamoré de Roma (¿quién no?), me maravillé con Capri y Sorrento, y me llevé una gran sorpresa con Nápoles. Es clave explicar bien las distancias y tiempos de traslado entre ciudades. Todo está pensado, pero hay movimiento diario y eso es algo que el pasajero debe saber desde el inicio. También remarcar que el viaje se disfruta muchísimo en todo momento, se entiende lo que se ofrece; el pasajero se siente cuidado, acompañado y con espacios de libertad también, ya que hay tardes libres y almuerzos sin incluir para que cada uno elija a su gusto.
Gracias a Verdesicilia y a ITA por hacerlo posible. Viajar a Italia siempre es un placer, y con Encantos del Sur cierra por todos lados.
